Mc 8, 1-10
11Salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole, para tentarle, una señal del cielo. 12Suspirando desde lo profundo de si espíritu, dijo: —¿Por qué esta generación pide una señal? En verdad os digo que a esta generación no se le dará ninguna señal.
13Y dejándolos, subió de nuevo a la barca y se marchó a la otra orilla. 14Se olvidaron de llevar panes y no tenían consigo en la barca más que un pan. 15
Y les advertía diciendo: —Estad alerta y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. 16Y ellos comentaban unos con otros que no tenían pan. 17Al darse cuenta Jesús, les dice: —¿Por qué vais comentando que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis endurecido el corazón? 18¿Tenéis ojos y no veis; tenéis oídos y no oís? ¿No os acordáis 19de cuántos cestos llenos de trozos recogisteis, cuando partí los cinco panes para cinco mil? —Doce —le respondieron. 20—Y cuando los siete panes para los cuatro mil, ¿Cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis? —Siete —le contestaron. 21Y les decía: —¿Todavía no comprendéis?
Universidad de Navarra. Santos Evangelios. EUNSA. Edición de Kindle.
Comentario general
La llegada a Dalmanuta, lugar de localización desconocida hoy, viene precedida de ciertos empalmes temporales y espaciales en la geografía del recorrido. Para empezar, llegan a este lugar en la barca después de la segunda multiplicación, dejando atrás a cuatro mil comensales con las siete espuertas de restos que recogieron. A ese lugar de la comida llegaron días después de curar al sordomudo en el centro de la Decápolis, dando un rodeo, desde Tiro. En Tiró curó a la niña pagana, hija de la mujer sirofenicia. Había ido a Tiro desde Genesaret lugar de la costa occidental en la travesía Jesús subió a la barca en la cuarta vigilia de la noche y calmó el viento. Se dirigían a Betsaida, pero no llegaron y se quedaron en Genesaret.
Este itinerario hacia adelante desde el lugar de la reunión de los discípulos con Jesús fue así: un corto recorrido en barca hasta el lugar apartado de la primera multiplicación, desde ahí hacia Betsaida, pero se quedan en Genesaret, desde allí por tierra a Tiro y desde Tiro el rodeo por la Decápolis hasta el mar en la orilla oriental, al lugar de la segunda multiplicación y desde allí a Dalmanuta cruzando a la orilla occidental y vuelta a Betsaida «en la otra orilla». El siguiente episodio comienza diciendo: llegan Betsaida.
En Dalmanuta, final del recorrido, estuvieron poquísimo tiempo, los fariseos en misma orilla buscaron un discusión con Jesús, pero Jesús no la entabló, les dejó y marchó de travesía en la barca y esta vez llegan a Betsaida. Que es la otra orilla. Estaban en Dalmanuta, en la orilla occidental del lago.
Los episodios de este tramo, que va desde la misión que los discípulos reciben en Nazaret hasta este momento de llegar a Betsaida, tienen unos empalmes que contrastan con el orden que tienen los episodios anteriores y los que vienen después. A causa de las cuatro travesías en el mar, relacionadas con las dos multiplicaciones del pan y por el itinerario en tierras paganas.
Este fragmento tiene una menos entidad narrativa. Se compone de dos partes: 1 lo que ocurre en Dalmanuta y 2 lo la conversación de la barca.
Observaciones al suceso en Dalmanuta
1 Los fariseos aparecen, pero van a desaparecer en adelante. Jesús inicia este distanciamiento con la falta de respuesta, con la lamentación de su pregunta y con la acción de dejarles. Corta el desarrollo de esta discusión. Y el incidente es brevísimo.
2 La frase intermedia, dejándolos, subió de nuevo a la barca y se marchó a la otra orilla. Se olvidaron de llevar panes y no tenían consigo en la barca más que un pan, es lo poco acción narrativa que tiene esta pasaje y sirve de enlace y es el contexto de la segunda parte, la otra intervención de Jesús. Los dos pasajes vienen a recoger palabras de Jesús en directo.
3 La intervención de Jesús recalca las dos multiplicaciones por la repetición remarcada de sus diferencias cuantitativas, las que se indicaron en su narración. Hay autores que piensan que solo hubo una multiplicación y añaden que eso que dice Jesús en realidad lo pone Marcos de su cosecha. Pero al no tener una razón apodíctica, es decir, irrefutable, seguir esa opinión sería leer con la sospecha de que no pasó así. Pero seguir esta opinión sería, paradójicamente, hacer un acto de fe en las razones insuficientes de estos exegetas y quitársela a la lectura y a Marcos, que pone los sucesos tal como se contaban. La lectura la hacemos teniéndonos a lo que se dice y sin dudar de ella, pues el texto es explicito en lo contrario a la duda: hubo dos multiplicaciones diferentes.
4 Las circunstancias pueden sugerir las diferencias entre las dos multitudes, la de la orilla occidental y la de la oriental, en la oriental habría predominio de gente pagana. A continuación se pone en columnas paralelas el contraste narrativo entre ambas.
Primera multiplicación
Al desembarcar vio una gran multitud y se llenó de compasión por ella, porque estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Tenemos tres acciones representadas, una externa: desembarcar, visible, otra interna se llenó de compasión, también visible para el lector, pues las palabras le muestran y ve la compasión de Jesús. Y la tercera es se puso a enseñar. Además, el narrador «dice«: porque estaban como ovejas que no tienen pastor. Esta frase al dar una razón y por ser una comparación con los pastores de Israel, podemos atribuirla al que habla.
Aquí el narrador solo dice esa frase.
Éste es un lugar apartado y ya es muy tarde; despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos de alrededor, y compren algo de comer.
Palabras que dicen los discípulos a Jesús
—¿Es que vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?
Segunda multiplicación
En aquellos días, reunida de nuevo una gran muchedumbre que no tenía qué comer, llamando a los discípulos les dijo: —Me da mucha pena la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer;
La compasión se puede mostrar, porque el lenguaje la puede representar y el lector la contempla. Pero en este segundo relato la compasión no está representada sino dicha, la «dice» Jesús con sus palabras. La compasión es su interior y también dice a los discípulos la causa: porque no tienen que comer.
Aquí el narrador no interviene. Solo habla Jesús.
y si los despido en ayunas a sus casas desfallecerán en el camino, porque algunos han venido desde lejos.
Palabras de Jesús a los discípulos
—¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto?
Las preguntas en ambos relatos las hacen los discípulos y desencadenan la acción de la multiplicación.
Observaciones sobre el suceso de la travesía
Se recoge una intervención de Jesús. Un fragmento de conversación, en la barca, vivo, coloquial y efímero, pero significativo. Es la aclaración de un equívoco como en las conversaciones de hoy. El malentendido lo origina la palabra levadura. Elemento que fermenta el pan, pero Jesús emplea la palabra metafóricamente en relación con los fariseos y Herodes que, como se leyó en el episodio 15, se unieron contra Jesús. Con los fariseos no entra ya en conversación y de Herodes está presente el episodio de la degollación del Bautista que se lee en Mc 3, 17-29, De los dos hay que guardarse. Pero los discípulos tienen su mente confusa, se preocupan porque el pan que les pidió Jesús en la multiplicación ahora es escaso. Por levadura entienden el pan.
Reproduzco el pasaje sin las frases introductorias del decir. La primera es una advertencia y en la otra explica que Jesús habla porque percibe la confusión. Retiro también otras dos que introducen contestaciones finales, que es lo único que dicen los discípulos. Dejo el puro diálogo directo, todo hablar es de Jesús, salvo las contestaciones doce y siete.
—Estad alerta y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
¿Por qué vais comentando que no tenéis pan?
¿Todavía no entendéis ni comprendéis?
¿Tenéis endurecido el corazón?
¿Tenéis ojos y no veis; tenéis oídos y no oís?
¿No os acordáis de cuántos cestos llenos de trozos recogisteis, cuando partí los cinco panes para cinco mil?
—Doce
Y cuando los siete panes para los cuatro mil, ¿Cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?
—Siete
¿Todavía no comprendéis?
Las palabras de Jesús son la aclaración de ese malentendido, porque no está hablando del pan, sino de las insidias de fariseos y de Herodes que acaban en la muerte. La referencia a las dos multiplicaciones es clara. Parece que no se acuerdan, y se puede entender también con esto que en la segunda multiplicación no se acordaban de la primera, y preguntaron ¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto? Esto se comentó en la explicación de este episodio, el número 40. Siguen sin recordar lo que han vivido y están preocupaos por el poco pan que llevan. De ahí la aclaración meticulosa de Jesús sobre las cifras de las dos multiplicaciones diferentes.
Conclusión
Marcos sitúa una primera multiplicación de panes y peces en el momento en que los discípulos, después de que cumplieron con éxito la misión encomendada por Jesús, se reúnen con él. Este hecho hace que se compongan en realidad de dos sucesos. En la segunda multiplicación, en cambio, empieza «En aquellos días, llamando a los discípulos«. Es decir, no tiene un momento determinado y no empalma con algo anterior. La acción se representa ella sola, sin que Jesús empiece desde otra circunstancia. Llevaba con la multitud ya tres días y actúa por la compasión, porque el desplazamiento les impide comer.
Terminada la multiplicación en los dos casos se embarcan hacia otro lugar. El parecido entre ellas está en los hechos de la multiplicación, en su articulación semejante y es lo que da pie a suponer que no fueron dos multiplicaciones, sino una. Pero tenemos un texto que presenta dos multiplicaciones, donde la simplicidad de los hechos hace que sean idénticas al no dar cuenta de pormenores, salvo que los motivos distintos y las cifras diferentes.
Estas suposiciones son opiniones con algún fundamento subjetivo. Son posibilidades indemostrables, que quieren reconstruir un texto sobre un sombra hoy inexistente. Para nuestro propósito de entender el texto y saber leerlo como narración, estas indagaciones están fuera de lugar. El comentario es sobre el texto para leerlo tal como está y tal como es conocido, sin suposiciones verosímiles carentes de pruebas.