Segunda multiplicación de los panes

Mc 8, 1-10

1En aquellos días, reunida de nuevo una gran muchedumbre que no tenía qué comer, llamando a los discípulos les dijo: 2—Me da mucha pena la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer; 3y si los despido en ayunas a sus casas desfallecerán en el camino, porque algunos han venido desde lejos. 4Y le respondieron sus discípulos: —¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto? 5Les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis? —Siete —respondieron ellos. 6Entonces ordenó a la multitud que se acomodase en el suelo. Tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los distribuyeran; y los distribuyeron a la muchedumbre. 7Tenían también unos pocos pececillos; después de bendecirlos, mandó que los distribuyeran. 8Y comieron y quedaron satisfechos, y con los trozos sobrantes recogieron siete espuertas. 9Eran unos cuatro mil. Y los despidió. 10Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos, se fue hacia la región de Dalmanuta.

Comentario general

La segunda multiplicación hay que comparándola con la primera. En la primera Jesús se reúne con de los apóstoles cuando estaba con la multitud a su alrededor, que no le deja. Ambos sucesos, estar con los apóstoles y con la multitud, se relatan juntamente en este episodio y se impiden entre sí y la multiplicación de los panes afecta a la multitud que está con y a los apóstoles. que están con Jesús, pero no ellos solos, también con la multitud.

Episodio 32, primera
multiplicación Mc 06,30-46

Reunidos los apóstoles con Jesús, le explicaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Y les dice:

Episodio 40, segunda
multiplicación MC 08, 01-10

En aquellos días, llamando a los discípulos

les dijo

—Venid vosotros solos a un lugar apartado, y descansad un poco.
Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían tiempo para comer. Y se marcharon en la barca a un lugar apartado ellos solos. Pero los vieron marchar, y muchos los reconocieron. Y desde todas las ciudades, salieron deprisa hacia allí por tierra y llegaron antes que ellos. Al desembarcar vio una gran multitud

y se llenó de compasión por ella, porque estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Y cuando ya se hizo muy tarde, se acercaron sus discípulos y le dijeron:
—Éste es un lugar apartado y ya es muy tarde; despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos de alrededor, y compren algo de comer.
Y les respondió: —Dadles vosotros de comer. Y le dicen:


—¿Es que vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?

—Me da mucha pena la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer; y si los despido en ayunas a sus casas desfallecerán en el camino, porque algunos han venido desde lejos.




Y le respondieron sus discípulos:


—¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto?

Él les dijo: —¿Cuántos panes tenéis? —Cinco, y dos peces.

Entonces les mandó que acomodaran a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de cien y de cincuenta.
Tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo,
pronunció la bendición,
los partió los panes y
se puso a dárselos a sus discípulos para que los distribuyesen;

también repartió los dos peces para todos.


Comieron todos hasta que
quedaron satisfechos.
Y recogieron doce cestos llenos de los trozos de pan y de los peces.
Los que comieron los panes eran cinco mil hombres.
Y enseguida mandó a sus discípulos que subieran a la barca y que se adelantaran a la otra orilla junto a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Y después de despedirlos, se retiró al monte a orar.

Les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis?—Siete —respondieron ellos.

Entonces ordenó a la multitud

que se acomodase en el suelo.

Tomando los siete panes,
después de dar gracias,

los partió y
los fue dando a sus discípulos para
que los distribuyeran; y
los distribuyeron a la muchedumbre.
Tenían también unos pocos pececillos; después de bendecirlos, mandó que los distribuyeran.
Y comieron y
quedaron satisfechos, y con los trozos sobrantes recogieron siete espuertas.

Eran unos cuatro mil. Y los despidió.

Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos,


se fue hacia la región de Dalmanuta.

El contraste

1 En la primera multiplicación la reunión de vuelta de la misión y la multiplicación están entrelazadas. Son dos asuntos el descanso de los discípulos y la atención a la muchedumbre, que son incompatibles. En la segunda se trata solamente de la atención a la muchedumbre y la multiplicación de los panes nada más.

2 En la primera multiplicación los discípulos inician el dialogo y en la segunda lo inicia Jesús, por esto son distintos y no se pueden poner en paralelo. La multiplicación, en cambio, es enteramente paralela, con la diferencia de las cifras y algo más. Los comentaristas al comprobar esta coincidencia deducen que solo hubo una multiplicación y Marcos la contó dos veces. Es una suposición sin pruebas. La lectura nos lleva a contemplar dos hechos iguales, narrados con las mismas palabras, y pero con cifras diferentes sobre el número de comensales, el pan y los peces y los restos recogidos. Y con motivación algo diferente.

3 La parte hablada de la primera permite dar un sentido a la multiplicación que no tiene la segunda. Esta tiende a aliviar el hambre y la primera es por la necesidad que tiene la muchedumbre de un pastor, y los discípulos son llevados a actuar como Jesús, como pastores con él, que es la explícita interpretación del narrador. El diálogo es esencial  en esta narración,  incide sobre los hechos porque Jesús sitúa a los discípulos a su lado como pastor. La segunda multiplicación no tiene la circunstancia que el diálogo indica, y consiste solamente en la compasión por la necesidad corporal del alimento.

4 Aunque parezca extraño que en la segunda multiplicación los discípulos digan, ¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto?, cuando conocen ya esa posibilidad por la la primera. multiplicación. Pero en un episodio posterior, el 42 , Mc 08,14-21 «La levadura de los fariseos y de Herodes», el mismo Jesús menciona las dos ocasiones diferentes y dice a los discípulos, sin duda algo torpes: «¿todavía no entendéis ni comprendéis? » « ¿no os acordáis de cuantos cestos de llenos de trozos recogisteis, cuando partí los cinco panes para los cinco mil?» , que da contestación a esta extrañeza.

5 Em la primera multiplicación, en el diálogo, en el que llevan la iniciativa los discípulos es donde se refleja el cambio de fin: descansar sin multitud o acompañar a Jesús que trata a la multitud como pastor. Con esto enseña Jesús a los discípulos su misión de pastores. De los tres cuerpos que se examinaron en la primera multiplicación, el diálogo es esencial porque cambia el sentido del milagro, aunque los discípulos no se enteran.

Conclusión

Marcos sitúa una primera multiplicación de panes y peces en el momento en que los discípulos, después de que cumplieron con éxito misión encomendada por Jesús, se reúnen con él y se lo cuentan. De modo que empalma con el término de esa misión. y este hecho hace que el episodio se compongan en realidad de dos sucesos. En la segunda multiplicación la indicación inicial es «En aquellos días, llamando a los discípulos» Es decir, que no tiene un momento determinado como la primera. La acción se representa en un tiempo indeterminado, ella sola, sin que Jesús haya cambiado el plan que trazó con los apóstoles, llevaba con la multitud ya tres días y actúa por la compasión, porque el desplazamiento les impide comer.
En en ambos casos terminada la multiplicación se embarcan hacia otro lugar. La semejanza de los relatos está en los hechos de la multiplicación, su articulación semejante y esto da pie a suponer que no fueron dos multiplicaciones, sino una. Pero tenemos de Marcos un texto en el que presenta dos multiplicaciones que en la simplicidad de los hechos son idénticas y no dan cuenta de sus pormenores diferentes salvo los motivos y las cifras. Estas suposiciones solo aportan sucesos posibles no narrados y de opinión subjetiva. Las posibilidades indemostrables indagan sobre la sombra de un texto hoy inexistente. Para nuestro propósito de entender el texto cierto que tenemos y saber leerlo como narración estas indagaciones están fuera de lugar. El comentario es sobre el texto para leerlo tal como está y tal como es conocido, sin suposiciones verosímiles carentes de pruebas.