Mc 4,1-34
1De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar. Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar, mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla.
2 Les explicaba con parábolas muchas cosas, y les decía en su enseñanza:
3—Escuchad: salió el sembrador a sembrar.
4 Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
5Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo;
6pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz.
7Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
8Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
9Y decía:
—El que tenga oídos para oír, que oiga.
10Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas.
10Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas.
11Y les decía: —A vosotros se os ha concedido el misterio del Reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo les llega con parábolas,
12de modo que los que miran miren y no vean, y los que oyen oigan, pero no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.
13Y les dice: —¿No entendéis esta parábola? ¿Y cómo podréis entender las demás parábolas?
14El que siembra, siembra la palabra.
15Los que están junto al camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
16Los que reciben la semilla sobre terreno pedregoso son aquellos que, cuando oyen la palabra, al momento la reciben con alegría,
17pero no tienen en sí raíz, sino que son inconstantes; y después, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen.
18Hay otros que reciben la semilla entre espinos: son aquellos que han oído la palabra,
19pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de las riquezas y los apetitos de las demás cosas les asedian, ahogan la palabra y queda estéril.
20Y los que han recibido la semilla sobre la tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la reciben y dan fruto: el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
Continúa con la antología de cuatro parábolas, que omito, y concluye así:
33Y con muchas parábolas semejantes les anunciaba la palabra, conforme a lo que podían entender; 34y no les solía hablar nada sin parábolas. Pero a solas, les explicaba todo a sus discípulos. Aquel día llegada la tarde...
Universidad de Navarra. Santos Evangelios. EUNSA. Edición de Kindle.
Comentario general
Es un pasaje de 34 versículos entre la primera frase: De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar (4, 1) y la última Aquel día llegada la tarde (4, 35). Bueno, esta frase, en realidad, es la primera del episodio siguiente. Entre estos dos puntos, transcurre un día, mañana y tarde, y un suceso, una breve narración, tal y como está compuesto el evangelio de Marcos hasta ahora. Pero estos puntos de comienzo y fin están muy distanciados, una serie de elementos se entrometen, como un inciso, y lo complican. Es decir, que entre este episodio y el siguiente se ha añadido esta parte que no corresponde a este tiempo.
Una vez relatada la primera parábola, la del sembrador, aparece la frase (4, 10): Y cuando se quedó solo los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas. Entre principio y final están la explicación del sembrador y las parábolas. Y entre esos dos momentos temporales de un día encontramos esta frase: cuando se quedó solo, indican estas palabras que un día ha concluido. Y al acabar se explica la parábola que ha contado Jesús, la única, y se habla de las demás. Selección de entre las muchas parábolas con que enseñaba.
Y entonces, si tomamos las dos referencias de tiempo: comenzó y aquel día llegada la tarde, como el espacio de un día, lo que tenemos es una contradicción. En el espacio de un día aparece el final de otro. Por lo tanto, lo que tenemos en realidad es una intercalación. Se abre un paréntesis y se cuentan cosas que están fuera de ese marco. Está hablando de otro día, en el que al quedarse solo le preguntaron los discípulos, sobre el significado de las parábolas. No solo sobre la parábola del sembrador, sino de todas. Se cierra el paréntesis y se vuelve al primer día, Aquel día llegada la tarde, a la orilla del mar, y a la tarde de ese día. Y ese final es el comienzo del siguiente episodio.
El esquema que ha seguido Marcos hasta el momento consiste en que a un episodio narrativo sigue otro, empalmado con él, en secuencia temporal, salvo la colocación sin entramar de los dos episodios, el del ayuno y de las espigas y la intercalación de la bajada de los escribas que rompe la marcha de los parientes de Nazaret. Este esquema de episodios continuados se rompe en estos treinta y cinco versículos del capítulo cuarto. Y por ello trataré de exponer la articulación general de este fragmento, que ocupa casi por entero el capítulo, que reproduzco al principio y omito la antología de las parábolas por razón de espacio.
En este largo fragmento se distinguen tres partes: un episodio a la orilla del mar en el que Jesús cuenta la parábola del sembrador, como es lo usual, como se hizo en los anteriores episodios. Sigue otro en el que Jesús explica la parábola del sembrador, que sucede en otro momento. Y una tercera parte, no narrativa, que contiene una antología, un objeto, aparte de toda narración, de cuatro parábolas.
La explicación de la parábola del sembrador se encuentra, por tanto, dentro del inciso anterior al final, y no tuvo lugar el día del episodio en el mar. Y la antología, una colección de cuatro parábolas, introducidas cada una de ellas, y les decía, que viene a ser como el paso de las hojas de un libro. Es una enumeración y naturalmente no tiene carácter narrativo.
Primera parte
comenzó
se reunió
tuvo que
permanecía
explicaba
decía
Escuchad:
La parábola.
Sus verbos: cayó, cayó, cayó no forman una serie de acciones consecutivas, las propias de una historia. Es el modo de enumerar los lugares del terreno que, en la explicación, serán personas que reciben la semilla, es decir, la palabra.
Mc 4,1-9
De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar.
Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande,
que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar,
mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla. Les explicaba con parábolas muchas cosas,
y les decía en su enseñanza:
salió el sembrador a sembrar.
Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo;
pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz.
Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
Y decía:
—El que tenga oídos para oír, que oiga.
Advertencias
1 El episodio narrativo tiene la parte del suceso y la parte del hablar de Jesús, que es la parábola. La parábola no es una narración por los siguientes rasgos:
El sembrador no es un personaje ficticio, es una imagen de sembrador tomada del común de todos lo sembradores. No es un sujeto singular, como lo es el rico Epulón o el hijo pródigo y su hermano, aunque sean ficticios.
2 Las acciones de este sembrador, por tanto, no lo son tampoco ni siquiera ficticias. No se representa a un sembrador concreto, aunque sea ficticio, que realiza estos actos sucesivos, sembrando aquí y allá. Se trata de una siembra genérica, la semilla cae en diversos sitios del terreno, aquí o allá. Es lo que ocurre con la siembra. No es una secuencia de acciones, que sería una historia, sino una enumeración de casos, cae en distintos terrenos, con suerte diferente. Jesús no es narrador de este pasaje, porque no es narración.
3 La lectura hay que hacerla sin anticipar la interpretación, porque es explicación posterior. Una historia necesita un personaje concreto, y los actos sucesivos que realiza. Se trata no un tipo común y de la enumeración de lo que pasa en una siembra. La parábola del sembrador no es una historia y las demás parábolas tampoco. El suceso consiste en que Jesús enseñó.
Nota
1 Este pasaje ha tenido muchos comentarios y de interpretaciones. Queriendo averiguar el origen y la formación del actual texto escrito, y siempre con opiniones y suposiciones apreciativas y sin prueba alguna. Sustentadas en la opinión de su comentador, persona de autoridad. Todo este enorme conjunto de interpretaciones, por estimables que sean, no tienen cabida en este enfoque. Ambas cosas, los pasos originarios y la interpretación, más allá de la primera, cae fuera de nuestro comentario. Consideramos el texto recibido, que está articulado narrativamente en la forma que se observa, y su estructura es perceptible y de evidencia inmediata.
José Antonio Valenzuela Cervera
