Mc 2, 18-22
18
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno; y vinieron a decirle: — ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
19
Jesús les respondió: — ¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Durante el tiempo en que tienen al esposo con ellos no pueden ayunar.
20
Ya vendrán días en que les será arrebatado el esposo; entonces, en aquel día, ya ayunarán.
21
Nadie cose un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo; porque entonces lo añadido tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce un desgarrón peor.
22
Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos; porque entonces el vino hace reventar los odres, y se pierden el vino y los odres. Para vino nuevo, odres nuevos.
Comentario general
Contiene esta unidad una pregunta y una respuesta. Se presenta como un suceso, vinieron a decirle, pero no se indica en qué momento y en qué lugar. La unidad anterior sucedió en casa de Leví, en el tiempo de la comida. Un tiempo después de encontrarle en su despacho de recaudador, cuando iba de Cafarnaúm al mar. Este episodio y el que sigue, Las espigas arrancadas en sábado, son unidades sueltas que no enlazan. Marcos las colocó simplemente una detrás de la otra en este lugar.
En una narración lo que viene después ha sucedido después, y si no, se indica. Marcos al colocar las unidades, otras veces, menciona la sucesión: Después de, mientras pasaba, de madrugada, al atardecer o alguna acción que produce el cambio: entraron, salieron, vino. Pero en estos episodios no se indica nada. Solo por su posición están en el orden temporal del relato y el asunto es lo que los delimita.
El episodio que sigue a estos dos, El hombre de la mano seca, sí tiene empalme, de nuevo entró en la sinagoga, por tanto, volvió a Cafarnaúm de donde salió hacia la orilla del mar, y muestra la continuidad, pero no con estas unidades, hay que remontarse hacia atrás dos unidades.
El suceso puede desglosarse en dos partes
Primera parte
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno;
y vinieron a decirle:
— ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
Jesús les respondió:
— ¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Durante el tiempo en que tienen al esposo con ellos no pueden ayunar.Ya vendrán días en que les será arrebatado el esposo; entonces, en aquel día, ya ayunarán.
Acclaraciones
1 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno
Esta frase es el escenario, que enmarcará el comienzo de la pregunta. No es acción, y la dejaré fuera del extracto final.
2 y vinieron a decirle: — ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
¿Quién pregunta? ¿Quiénes vinieron? Son varios. No son los fariseos pues no dicen: nosotros ayunamos. Por tanto, solo se puede deducir. Pero, claro, si no son los fariseos ¿quiénes serán? Serán los discípulas de Juan. Consultando este punto en evangelio de Mateo se lee, en efecto, que fueron ellos: se acercaron los discípulos de Juan para decirle ¿por qué nosotros …
3— ¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Contestación de Jesús, con otra pregunta. No rechaza el ayuno, pero explica que no es el momento. Parece que la pregunta sea un reproche, y hasta censura. Pero no lo es, puesto que preguntan los discípulos de Juan. No es discusión, es simple pregunta.
5 Durante el tiempo en que tienen al esposo con ellos no pueden ayunar. Ya vendrán días en que les será arrebatado el esposo; entonces, en aquel día, ayunarán.
Añade una acción de tiempo futuro, cuando los amigos que acompañan al novio, ya no le tengan. Como todo lector de Marcos conoce ese futuro por la historia, entiende que alude a su muerte, fin de este relato histórico.
Segunda parte
Nadie cose un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo; porque entonces lo añadido tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce un desgarrón peor.
Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos; porque entonces el vino hace reventar los odres, y se pierden el vino y los odres. Para vino nuevo, odres nuevos.
Aclaraciones
1 Nadie cose un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo;
ni Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos.
Se trata de dos dichos acuñados por la experiencia de la vida, que dicen lo mismo y la explicación de ellos es también la misma. Retiro la explicación del extracto y junto los dichos.
2 Los dos símbolos tienen una relación difícil con el ayuno, por lo que parecen un tema distinto y añadido. La idea es que lo viejo y lo nuevo no se llevan bien juntos. ¿Qué relación tiene esto con el ayuno? De primeras no se ve. La Buena Nueva, evangelio, Reino de Dios está al llegar, esto es lo nuevo. Antiguo es lo que había antes, que también de de Dios. Y el ayuno ¿Dónde está en esta relación?
3 Una explicación que se puede dar, sin salirnos de la lectura narrativa del texto, sería volver sobre la frase primera de Jesús, convertíos y creed en el Evangelio (1, 16). El ayuno de fariseos y discípulos de Juan es el ayuno antiguo, aunque diferentes entre sí, porque el de Juan se corresponde con el bautismo de penitencia y preparación y el de los fariseos no. Se abre en el ayuno de estos grupos y el previsible de Jesús un paréntesis. Ahora no hay ayuno para los discípulos de Jesús, que es el esposo. Y luego volverá otro ayuno, el anunciado por Jesús: entonces, en aquel día, ayunarán. Esta explicación sigue el hilo narrativo.
Elementos que se retiran
La frase de segundo plano con la acción de ir a decir en perfecto simple. Narración de un hecho, el decir, que introduce la pregunta primera. Y el verbo de decir, responder
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno; y vinieron a decirle:
— ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
Jesús les respondió:
— ¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Durante el tiempo en que tienen al esposo con ellos no pueden ayunar.
Ya vendrán días en que les será arrebatado el esposo; entonces, en aquel día, ya ayunarán.
Nadie cose un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo;
porque entonces lo añadido tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce un desgarrón peor.
Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos;
porque entonces el vino hace reventar los odres, y se pierden el vino y los odres. Para vino nuevo, odres nuevos.
3 El extracto
En el siguiente episodio veremos idéntica articulación narrativa.
Aquí preguntan los discípulos de Juan y en el siguiente los fariseos.
No se dice qué dias ayunan
— ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
— ¿Acaso pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Durante el tiempo en que tienen al esposo con ellos no pueden ayunar.
Ya vendrán días en que les será arrebatado el esposo; entonces, en aquel día, ya ayunarán.
Nadie cose un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo
Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos.
Sobre la práctica del ayuno puede saberse algo desde fuentes históricas.
José Antonio Valenzuela
