Dedico este articulo a comentar el sistema verbal descrito por W. Bull en su libro: Time, Tense and the Verb, 1960. Libro de especial importancia para entender el tiempo en la narración. Obra fundamental y desconocida. Por ejemplo, el libro de Ariel: Lingüística de los textos narrativos (1999) que contiene un capítulo enteramente dedicado al tiempo, y ni siquiera menciona este libro en la bibliografía general. Me ocuparé, quizá en otra ocasión, de ese capítulo. El estudio de William Bull (1960) es exhaustivo y dice en el prólogo que no sabe si habrá agotado el tema, pero sí sabe que le ha agotado a él. No me extraña. Aunque no agotó el tema como se verá en estas líneas.
De su estudio resulta la distribución de los tiempos del verbo español en dos grupos: los tiempos primarios y los tiempos secundarios, que forman un solo paradigma, todas y cada una de las formas personales están referida al acto de hablar. Define estos grupos verbales como resultado del análisis temporal del verbo. Estos grupos son los que la RAE denomina esfera del presente y esfera del pasado. Este criterio permite definir con claridad el sistema verbal que emplea la representación narrativa. Bull no ha definido los tiempos secundarios como tiempos narrativos, sino como tiempos de la retrospección, pero ha dejado todos los indicios que llevan identificarlos como tiempos narrativos y a definir el discurso en el que se escribe la representación o discurso narrativo.
Conceptos fundamentales del sistema.
Bull ordena los verbos en relación a dos ejes, el de presente y el de pasado remoto, y en cada uno sitúa un punto, origen de coordenadas. En el primer eje, el origen de coordenadas lo llama point present (PP), es el acto de enunciación, es la coordenada cero. En el segundo eje el origen de coordenadas lo denomina retrospective point (RP), es el pasado remoto, llegó, pretérito perfecto simple, que coloca la acción de llegar en la coordenada cero en ese eje. El pasado remoto es diferente del pasado próximo ha llegado pretérito perfecto compuesto. Pero no utilizaré la nomenclatura de Bull, pues puedo exponer el tema sin valerme de ella, salvo alguna palabra.
El primer eje tiene como punto referente el propio acto de hablar. El hablar es un suceso objetivo en el tiempo, aceptado por el hablante y por el oyente como centro de referencias temporales. Sobre el carácter deíctico de este punto y del primer eje en el planteamiento de Bull no cabe la menor duda.
“PP (acto de enunciación) which has been defined abstractly as the prime point of the system has as its referent in any real life situation an actual event inside the speaker» (Bull, 1960: 23) y continua: «it is to be remember that the act of speaking of a clock, that this event is, in fact, the prime axis of orientation of the vector system, and, finally, that while the event is personal, it is actually, a public axis of orientation. All members of the speaker’s audience must, like that speaker, accept this event as their axis of orientation while they are listening. The audience and the speaker are, then, in what may be called common focus» (Id.: 27)
Según el funcionamiento binario de oposición, los tiempos primarios, son tiempos no marcados; y los tiempos secundarios son tiempos marcados. La presencia de la marca indica, pues, el segundo eje de referencia. La forma no marcada no implica la negación de la marcada y, en consecuencia, los tiempos primarios pueden funcionar en el lugar de los marcados o secundarios. Y al revés, no. Este hecho nos va a explicar la presencia de tiempos primarios en el discurso de los tiempos secundarios.
Ya se puede apreciar un hecho significativo. La marca de los tiempos secundarios funciona si funciona el acto de enunciación, que es conducta sin signo lingüístico, razón por la cual se da por descontado que siempre funciona, o lo que es lo mismo, que toda frase o pieza de lengua esta pronunciada por alguien. Cualquier frase tiene un hablante, ha sido enunciada y resulta inconcebible que no sea así. Es algo dogmático, porque de otro modo el sistema no funciona, pero esto es una presuposición, que desaparece en el momento que se entiende que el discurso de la representación está compuesto por frases en tercera persona que nadie enuncia.
«A marked form … must perform the function indicated by the mark; otherwise the system is destroyed. An unmarked form on the other hand, may exhibit infinite potentials without endangering the structure of the system. In other words, the function of the marked form is determined by its mark while the function of the unmarked form is actually determined by its context» (Id: 37).
Por contexto se entiende la comunicación entre personas. Los tiempos no marcados de la esfera de presente funcionan deícticamente, señalando el presente del acto de hablar, por tanto, cuando hay enunciación y comunicación efectiva. Ese es el contexto pragmático. Bull indica que hay que acudir al acto de enunciación o comunicación, al contexto extralingüístico. El punto de referencia del primer eje de orientación es el acto de la enunciación. El mismo acto del hablar significa la presencia del signo en el campo mostrativo temporal, y el tiempo del que habla, que es el mismo que el de los que escuchan, es presente intersubjetivo. Lo denomina common focus y significa la conciencia que los hablantes tienen de su orientación con respecto al tiempo, al suyo, y esta conciencia la forma la deixis enunciativa.
La deíxis de presente no necesita marca alguna, puesto que la referencia al ahora se realiza con el mismo hablar. El hablar actual en presente es la situación más primaria de la comunicación, por lo que le corresponde la ausencia de marca. Frente al presente, aparecerá el pasado marcado
«The principle being elaborated here is that communication is virtually impossible without the establishment of common focus. We rarely say precisely what we mean; we simple provide clues which the hearer interprets in terms of his own observations of the life situation in which we are involved at the moment of speaking. These clues have to be more explicit and more detailed at the initiation of common focus than after the establishment of common focus. This means, to return to the problem of axes of orientation and the prime tenses, that Spaniard must, at the initiation of common focus, either state the axis involved or assume that his hearer will react in a predictable fashion» (Id: 58)
La oposición presente / perfecto simple significa distinguir el ahora del entonces; el presente (tiempo de la enunciación) del pasado (tiempo anterior a la enunciación), pero para ello se necesita que el presente funcione deícticamente, es decir, que haya enunciación. Si no hubiera enunciación no habría deixis o señalamiento del presente y por lo tanto tampoco pasado. Por esto dice Bull que el análisis de la función de los tiempos del verbo llega a ser un análisis de la conducta humana.
Es de primera necesidad contemplar la lengua desde la conducta lingüística. El verbo no se explica solo por la temporalidad interna. Es conveniente no separar la temporalidad interna de la lengua y la referencia deíctica, que es una cuestión situacional y pragmática. Estas dos realidades vienen expresadas por los conceptos de axis y de common focus. El primero está ampliamente desarrollado y significa el orden temporal interno de la lengua; el segundo está menos desarrollado. El common focus implica la existencia de enunciación y esta, implica la comunicación.
El axis o eje de orientación no tiene relación con la enunciación, es la temporalidad interna, asunto de orden. El orden del sistema interno de la lengua lo asienta Bull en un esquema temporal hipotético, previo al examen de la lengua y válido de modo general para todas.
Los axis o ejes de coordenadas
Si los sucesos señalados por el verbo en sus relaciones mutuas se colocaran en una línea, que replicase la dimensión lineal del tiempo, tendríamos en ella un punto, origen de coordenadas, punto cero, acto de hablar. Pero un único punto de referencias y una sola línea temporal es insuficiente para ordenar la temporalidad del verbo. Sobre el acto de hablar se menciona el pasado de dos formas: llegó y ha llegado. En una sola línea no se pueden situar estos dos tiempos: uno está en el ámbito del presente y el otro es pasado remoto. Se necesitan dos ejes y dos centros de referencia, uno en la línea del del presente enunciativo y otro en la línea del pasado remoto. Dos líneas temporales.
ha llegado llega llegará
había llegado llegó llegaría
En la frase cuando llegó, había comido, se dan tres lugares de ordenación temporal que no se pueden poner el mismo eje
había comido llegó acto de hablar
_•____________________________•_____________________•____
El acto de hablar debe estar en el primer eje, como se ve en el esquema, cubierto por la forma llega. En el segundo eje, el centro de referencia, y grado cero en él, está cubierto por llegó. Ese pasado remoto conlleva dos tiempos adjuntos y laterales, hacia adelante y hacia atrás, por lo que es eje. La relación entre los ejes se realiza entre sus puntos de referencia, grado cero y Bull la llama a esta relación recollection.
Ahora bien, lo que importa señalar es que el último origen de ordenación, de todos los verbos es el acto de hablar. Por tanto, no se segmenta el sistema en dos paradigmas. Todos los sucesos entroncan en el tiempo real de la enunciación y comunicación, el tiempo de los hablantes: “In recollection, the act of recalling is PP (acto de hablar) and the event recalled is oriented directly to PP.» (Bull, 1960: 24). Por tanto, el sistema verbal es uno. Todas las formas verbales personales, distribuidas en dos ejes, pertenecen a un solo y único sistema, cuyo centro es el acto de hablar, presente actual, y todos los verbos, cualquiera que sea su orden en la temporalidad, se incluyen dentro de él.
El common focus.
Ahondemos ahora en el concepto de common focus. Bull no conoce la diferencia entre comunicación y representación. Su sistema verbal está diseñado para la única posibilidad de empleo de la lengua, que es la enunciación comunicativa. Pero indica que el participante en el uso de la lengua debe orientarse ante la comunicación y, por lo tanto, también ante la representación. Son dos situaciones pragmáticas. Una es relación de persona a persona y la otra de persona a objeto. A la primera corresponde un discurso con enunciación y la segunda un discurso sin ella. La primera tiene como referencia el presente actual de alguien que habla. Y por esto funciona el sistema verbal al completo y unido.
¿Qué ocurre con el common focus cuando el uso de la lengua es representación? En la representación nadie habla. ¿Qué common focus puede haber entre una persona y un objeto? Ninguno. Si nadie habla y solamente una persona contempla, o una multitud de personas aisladas como en un concierto, no puede establecerse una conciencia común de estar en comunicación. Y no puede haber centro de referencias situado en el presente del hablar. Sin hablar falta el eje primario y sus tiempos no se usan. Este discurso confeccionado con tiempos secundarios del segundo eje, solo dispone de la temporalidad interna de la lengua o temporalidad de orden. No puede haber recollection, puesto que solo queda un eje de orientación, las acciones de la narración no están situadas en el tiempo, pero mantienen el orden interno. En la narración ya no tiene ningún sentido relacionar el verbo con el tiempo real.
Esta situación de atemporalidad sólo se da en la representación. Donde no hay acto enunciativo y la lengua está convertida en un objeto, como un botijo. Contiene una historia, eso siempre, pero no se narra un pasado, aunque haya acontecido, porque los acontecimientos pasados se pueden representar, sin hablar de ellos como pasado. Aunque Bull no puede plantear lo que acabo de exponer, ha planteado que en el sistema verbal hay dos cuerpos, que es lo definitivo y además señala que hay cierta independencia del segundo eje con relación al primero. Casi apuntando a su posible desvinculación. Porque efectivamente la representación se logra con la independencia completa del segundo eje.
Los tiempos primarios en el texto narrativo.
Los tiempos secundarios se emplean en el sistema verbal completo y en él todos los tiempos están referenciados al presente deíctico. Pero se emplean también, en la representación, segregados del sistema general. Formando un sistema independiente y aparte, solamente los tiempos secundarios, no referenciados a ningún acto de hablar, por lo que, aunque conserven la forma o marca de tiempos pasados no son pasados, esa marca no funciona, no son pasados ni presentes, se trata de acciones en una historia nombradas en sucesión.
Por ello se puede hablar de la doble funcionalidad de los tiempos del segundo eje, o de un sistema verbal completo y de otro incompleto, nacido y segregado de él. La marca que llevan los tiempos pasados funciona en el discurso actual y no funciona en el discurso de la representación. El presente, pretérito perfecto y futuro no se emplean. Este es el caso general. Pero si acaso se encontraran en él, está claro que no desempeñan su valor. Como se trata de formas no marcadas pueden sustituir a las formas marcadas. Esta interpretación la da ya Bull. Por otra parte, estos fenómenos dejan bien claro que las formas verbales aisladas, en sí mismas o en su contexto oracional, no pueden definirse.
Es necesario situarlas en el discurso correspondiente para determinar su valor. Así un presente (canta) o un pretérito (cantó) son formas que pueden encontrarse en ambos discursos. Sólo después de haber determinado el discurso en cuestión podemos hablar de su valor. Por tanto, especifíco primeramente el tipo de discurso
1) si estamos en la situación de comunicación lingüística ordinaria, canta es un presente referido al tiempo real de esa situación, y cantó un pretérito que indica tiempo pasado real;
2) si estamos en el discurso de la representación, canta es una forma substitutiva de cantó o cantaba, puede sustituir a ambas, no está en oposición con ellas, manifiesta simplemente la acción de cantar, con aspecto imperfectivo que conserva como presente.
Conclusión y resumen.
En el sistema verbal de Bull aparecen los fundamentos necesarios para definir el discurso de la representación, el narrativo, y el discurso normal del hablar.
Los tiempos secundarios tienen dos funciones: o bien están integrado, como época pasada actual, en el sistema general de la lengua; o bien se encuentran en el discurso de la representación, y son atemporales, no indican pasado.
El sistema verbal general, el del discurso enunciativo del hablar, tiene su centro en el presente actual y se compone de todos los tiempos del verbo sin excepción alguna.
El sistema de la representación, que es el discurso narrativo, tiene su centro en los pretéritos (el absoluto, pretérito perfecto simple, y el relativo pretérito imperfecto) y se compone de todos los tiempos verbales de ellos dependientes, pero no admiten los tiempos primarios, a no ser que estén desvirtuados de su función propia.
El siguiente esquema ejemplifica lo dicho.
SISTEMA GENERAL | ||||||
Presente | ||||||
ha cantado | canta | cantará | ||||
ANTICIPACIÓN | ||||||
habrá cantado | ||||||
RECOLLECTION | ||||||
Pasado remoto | ||||||
hubo cantado / había cantado | cantó / cantaba | cantaría | ||||
ANTICIPACIÓN | ||||||
habría cantado |
SISTEMA SECUNDARIO | ||||||
hubo cantado / había cantado | cantó / cantaba | *cantaría | ||||
ANTICIPACIÓN | ||||||
*habría cantado | ||||||
En el sistema verbal general integra todas las formas del pasado, que están en relación con el presente.
El futuro no se emplea en la representación, porque no cabe representar algo que no es y será.
Por razones semejantes el subjuntivo no es tiempo de representación.
Los asteriscos indican que no se emplean en la representación.
Los tiempos narrativos son los de este sistema y con ellos se forma la estructura temporal del relato: Las series y el segundo plano.
A estas formas se añaden las no personales, infinitivo, gerundio y participio y las perífrasis verbales que cumplan las condiciones.
José Antonio Valenzuela Cervera, Granada, agosto 2020