Estudio del diálogo narrativo

El estudio el texto narrativo que he desarrollado hasta el presente ha dejado a un lado, el estrato de los diálogos, las partes del texto de la narración habladas por personajes. Un tema orillado en buena parte, porque el lenguaje de estas zonas habladas no se puede explicar con el modo de analizar la representación.

La parte dialogada es conducta y, por lo tanto, es argumento. El discurso de la representación contiene el argumento, la historia. Esta se corta y empieza un discurso hablado. Lo introducen los verbos de lengua o los dos puntos o el guión que marca el hablar de un personaje y la atribución: María volvió la cabeza: – ¿Qué debo hacer? – dijo. Se representa la conducta de hablar con su gesto y se vuelve a representar al escribir el contenido, la pregunta. El diálogo es parte de la historia.

Como el diálogo es otra clase de representación, el análisis realizado sobre la representación como discurso propio, no se puede aplicar a la parte hablada, que es hablar común y general. Porque es otro modo de representación. El modo icónico de representación introduce en el texto el mismo hablar, por ser lengua con lengua. Pero en realidad, hay que observarlo bien, no es el mismo hablar, sino representación de hablar, entrocado en la representación objetiva ya analizada.

Parece como si los diálogos no fueran lenguaje narrativo, porque pertenecen al discurso del hablar, y efectivamente es así, pero con la diferencia de ser un hablar representado e inserto en un discurso de representación. No se emplea en ellos el sistema de tiempos narrativos, sino el sistema verbal completo del hablar general.

Los diálogos forman, sin embargo, parte del texto de la narración, de su intríseca naturaleza, son un estrato del texto narrativo, pero no son discurso narrativo. Como lenguaje es discurso discurso del hablar. Aunque, como dice Martínez Bonati, es hablar inauténtico, no es verdadero hablar, sino un hablar representado, pseudo hablar, porque quien habla no es un ser real, sino un ser representado. Habla un personaje, figura de la historia o de la ficción, que tiene su campo de existencia en la representación narrativa. Su hablar sigue la línea de una historia ya representada y en su trascurso y le da continuidad temporal, como el tren que entra en otro paisaje, sigue el camino de la vía; el texto entra en otro modo de representación, pero no interrumpe la línea argumental.

Se aprecia, pues, que el análisis de los diálogos narrativos es materia perteciente al estudio de la lengua conversacional, pero con una condición de importancia, es pseudo conversación, y su contexto es el discurso narrativo de la representación.

Podría pensarse que el estudio y análisis de los diálogos es equivalente al estudio de la conversación hablada. Como la que se realiza sobre una grabación tomada en vivo, es decir, el estudio de la lengua coloquial. La lengua viva coloquial se representa en la novela, y precisamente por eso se convierte  en pseudo hablar. Parecerán a primera vista el mismo género de discurso, pero no lo son, aunque tengan la misma viveza y parecido, como es el caso de la novela costumbrista.

La lengua hablada es un discurso contrapuesto a la representación narrativa, pero la lengua hablada en la narración tiene otra entidad. Sus rasgos morfológicos, léxicos, gramaticales, y el sistema verbal son los mismos de la lengua hablada. Pero como el diálogo está intrínsecamente ligado al estrato de la representación y no puede desprenderse de él, hay que estudiarlo con él. Esa es la diferencia, el diálogo hay que estudiarlo en lo que dice, no en la forma de sus tiempos, en la conexión del texto y con el argumento de la representación.

Este enfoque es el que tengo que desarollar. Cuando trate del diálogo, dejaré de lado el análisis del texto realizado hasta el presente, porque el dialogo pide otro modo de análisis. Reproduzco aquí párrafos del capítulo 26 del libro El texto de la narración en español, donde se planteó el problema básico, pero sin darle desarrollo.


 Lo que importa ahora es su condición de representación. La frase representada no es la frase viva –sea histórica o imaginaria – precisamente porque el estrato mimético o el discurso de la representación es el fundante del estrato dialogal. Los diálogos o monólogos se apoyan en él, ue se intercalan en el acontecer del estrato mimético-representativo, dependen estructuralmente de ese estrato y se sostienen por él.

Es diálogo en la narración es diferente categoría ontológica de signo, aunque la frase viva y la representada son lingúísticamente iguales. Cito el antiguo planteamineto del problema:

El diálogo es una imagen del hablar que está enmarcada en la representación mimética icónica. No es la misma acción verbal, como si estuviera en dos sitios, pues la acción de la que es representación en el texto tiene otro enmarque. … El hablar de los personajes es parte de la representación completa. Lo que importa ahora es su condición de representación. La frase representada no es la frase viva –sea histórica o imaginaria – precisamente porque el estrato mimético o el discurso de la representación es el fundante del estrato dialogal. Los diálogos o monólogos que se intercalan en el acontecer del estrato mimético-representativo, dependen estructuralmente de ese estrato y se sostienen por él.

J. A. Valenzuela:El texto de la narración en español, 2016, capítulo 26

Los temas que hay que enfocar son la relación de los dichos con la trama argumental, con la anterior y con la posterior. Empalmar lo que se dice con lo que se representa y como se distribuyen sus contenidos. Y dentro del diálogo como engarza cada parlamento con el anterior y el siguiente, sus formas de relación, preguntas y respuestas, dificultades y soluciones. La interacción de los personajes, pero en la medida en que afecta a la trayectoria argumental. Los elementos subjetivos que no caben en la representación objetiva, de lo que deduzco que no será posible transformar un dialogo en representación objetiva, pero si será posible transformarlo en hablar del narrador que explica. En resumen, todos los elementos de la conversación que inciden en la línea argumental es un tema de estudio principal.

La linea argumental se identifica facilmente con la definición de los planos, pero en el diálogo solo puede tenerse en cuenta el contenido. Con él se introduce la subjetividad a través de los personajes: la duda, el futuro la posibilidad, la sospecha y demás elementos que no caben en la representación objetiva.

Seguiré en este desarrollo el método que he seguido en todo lo anterior: abordar directamente la realalidad del texto y el problema y, después de plantearlo, como acabo de tantear en esta entrada, buscar en la bibliografia si hay algo dicho. Y me encontraré seguramente con un vacío. Es un tema con poco interés en el mundo académico, que funciona al revés, primero todo lo que se ha dicho sobre un tema y ordenarlo, de ahí la inmensa bibliografía de empaque.

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