La gramática de la narración no es gramática del texto ni sintaxis supraoracional.
Hay que estudiarla en su objeto, que es el texto de la narración. Pero lo especícfico de este texto, en cuanto requiere un tratamiento gramatical propio, se encuentra en la representación, que se compone con tres estratos; el primero y segundo plano y el descriptivo. En ella, el sistema verbal es el de los tiempos de la Esfera del Pasado, que en la representación, a diferencia del funcionamiento que tienen en el uso general de la lengua, no son deícticos. Los tiempos de la Esfera del Pasado, sus formas sin valor temporal, configuran el sitema verbal narrativo. La representación carece de los tiempos de la Esfera del Presente, aunque utilice sus formas sustitutivamente.
Además, en la representación no se hace uso ninguno de la primera y segunda persona. Porque nadie habla en ella y por lo tanto los verbos de la representación solo disponen de la tercera persona.
En la representación no cabe el futuro ni los tiempos del subjuntivo. Y esto es así debido a que no se puede representar lo que no tiene entidad cumplida y real. Por esto mismo el futuro del pasado, tiempo de la esfera del pasado, tiene un uso escaso y determinado. Se requiere el análisis de sus apariciones.
Lo que hay que estudiar en el texto de la representación se refiere a la articulación temporal del relato; la serie de perfectos simples y la función que cumplen en la arquitectura temporal interna los imperfectos. Y estos a su vez pueden no representar acción temporal alguna, estar desconectados de la acción representada y de su estructura, soportando los aspectos durativos o estáticos.
Por otra parte las formas no personales, infinitivo, gerundio y participio tienen en el texo de la representación un intenso papel. Estas formas no pueden trabarse como momentos puntuales de la trama, momentos de la acción, pero pertenecen a ella, como se comprueba al conmutarlos por formas personales. Para conocer la funcionalidad de estos tiempos, del mismo modo que con las formas personales, hay que atender a la capacidad de transposiciòn. Hacer la prueba de conmutarlos por indefinidos e imperfectos y viceversa, conmutar formas no personales en personales.
Todo esto requiere muchas observaciones y ejercicios, ordenarlos sitematicamente, hacer estudios, presentar resultados, sin estos trabajos no se puede conocer bien su funcionamiento y el papel que desempeñan en el texto de la narración. De modo que algunos infinitivos y gerundios podría formar parte de la serie nuclear o del segndo plano.
En la sintaxis general se observa, en las explicaciones y ejemplos que se aducen, que no se distingue si los infinitivos o gerundios que se ejemplifican pertenecen a textos narrativoa o a la lengua común del hablar, por ejemplo leo este ejemplo: Miles de niños mueren al año por beber agua en mal estado, junto a este otro: Me echaron la culpa de todo lo ocurrido simplemente por llegar tarde. La primera frase no es narrativa por utilizar el presente (salvo que sea una sustitución por la forma de indefinido, según el mal llamado presente historico, pero no se puede saber). La segunda, puede ser narrativa autobiográfica, o propia del hablar, refiriéndose al pasado deícticamente. De modo que los infinitivos llegar tarde o beber agua se presentan en frases que pueden ser narrativas o no. Y la expresión causal tiene un incidencia importante en la trabazón del hilo narrativo. De una gramática oracional del hablar común no se puede sacar provecho. Hay que hacer la gramática narrativa. (Los ejemplos están tomados de Rodríguez Ramallo: Las formas no personales del verbo, 2008).
Diciembre de 2018
José Antonio Valenzuela