La representación del contenido de conciencia

La representación del contenido de conciencia

La representación consiste en dar una imagen de algo concreto que se puede tomar por real, responda a una realidad o sea imaginario.  La narrativa consiste en la  imagen de un suceso. Sin suceso no hay narración, aunque se puedan representar imágenes de  rostros, campos, calles  o estancias.  La representación narrativa no es cualquier representación, sino aquella que contiene un núcleo o articulación temporal con un  suceso representado. Esta representación del suceso se realiza en esencia con la serie verbal de indefinidos.

Cualquier lectura reflexiva de una narración textual debe fijarse ante todo en el núcleo. Voy  a señalar el núcleo  del relato  Mc 2, 1-12. Aunque lo que me interesa  de esta breve narración es, sin embargo, algo relativo a la representación. El núcleo está en rojo (o subrayado). He eliminado algunos elementos con valor irrelevante para el fin de esta explicación:

Entró de nuevo en Cafarnaún.
se supo que estaba en casa
se juntaron tantos,
que ni siquiera ante la puerta había ya sitio.
les predicaba la palabra.
vinieron trayéndole un paralítico, llevado entre cuatro.
no podían acercarlo hasta él a causa del gentío,
levantaron la techumbre por el sitio en donde se encontraba
descolgaron la camilla en la que yacía el paralítico.
al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico:
 — Hijo, tus pecados te son perdonados.
 estaban allí sentados algunos de los escribas
pensaban en sus corazones:
— ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?
conociendo Jesús en su espíritu que pensaban para sus adentros de este modo, les dijo:
— ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados.
— A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
se levantó,
al instante tomó la camilla
salió en presencia de todos
,
todos quedaron admirados
glorificaron a Dios diciendo:
— Nunca hemos visto nada parecido.

Fuera del núcleo tenemos elementos de la escena,  estado de las cosas, relaciones gramaticales cuyo valor lógico  se diluye en la representación y algunas acciones en imperfecto.  Dos de ellas  podrían conmutarse por indefinidos: no podían = no pudieron; pensaban = pensaron. Por tanto, son acciones que podemos llamar argumentales, pero no pertenecen al núcleo. Todo esto es representación y abordando ya el tema que me interesa vamos a poner atención en la frase del narrador:

conociendo Jesús en su espíritu que pensaban para sus adentros de este modo.

 Esta intervención no es mostrativa, habla el  narrador todo lo demás es mostrativo, todo representación, nadie habla, nadie cuenta nada.

El lenguaje directo es también representación, que  –por ser habla– se reproduce. Y el pensamiento de los escribas también es representación y reproducción, en lenguaje directo, de su juicio interior. Lo cual significa que cuando la representación se hace con palabras (a diferencia de una representación  con imágenes sin palabras), el pensamiento interior o el contenido de conciencia que se pueda verbalizar o transcribir en palabras, se puede representar y es representación, como ocurre en este caso. La interioridad no visible es materia representable  en lenguaje directo.

¿Por qué es importante entender lo que significa la representación?

Porque si no se acepta la estructura objetiva de la representación se dirá que el narrador lo ha contado todo y que como él es omnisciente conoce no solo que el cuenta, sino también el interior de los personajes.

Sostengo, por el contrario, que el concepto de narrador omnisciente es ajeno al planteamiento que presento en este blog sobre el texto de la narración .  El narrador no ha contado nada del suceso para empezar. Cuando habla puede hablar irrestrictamente, como hablante puede decir lo que quiera. Incluso puede trazar una representación, pero no aquella en la que está con voz inmanente. El pensamiento de los escribas está representado y la representación no la ha hecho el narrador. El narrador habla de lo representado. Lo único suyo en este pasaje  es decir que Jesús conocía ese pensamiento. Este asunto que es necesario aclararlo y lo hace, porque lo representado, el pensamiento,  no tiene naturaleza visible. Pero el lector-contemplador presencia algo que no es visible.  Tampoco lo sería para Jesús si no gozase de esa capacidad. Pero la tiene y por ella puede encontrarse su hablar directo con el pensamiento invisible de los escribas y dialogar.  De manera que todo el diálogo entre el pensar de los escribas y el hablar de Jesús se encuentra en el mismo estrato dialogal consistente en representación y reproducción del lenguaje.

En resumen, y el punto al que quería llegar, es que  la interioridad de conciencia o pensamiento se puede representar. Es posible porque se trata de lenguaje. No sería posible si solo se dispusiera de imágenes, como en una película muda del gato Félix. Y nada tiene que ver con un narrador omnisciente.

Otro caso sería si el pensamiento de los escribas lo hubiera referido el narrador en lenguaje indirecto, entonces sí sería hablar suyo, el pensamiento no estaría  representado, sino reportado por el narrador. Y si lo dice será porque lo sabe y merece el crédito relativo a su palabra.

La noción de representación marca la diferencia

Resumo una explicación que da Mercedes Navarro Puerto en la página 187  de su libro MARCOS, 2006, entre mostrar y contar.

Mostrar y contar

El narrador utiliza dos técnicas: la de mostrar. La   mostración  esconde al narrador, deja que el lector perciba y valore por sí mismo y  suele incluir el discurso directo. Y la de contar. En esta el narrador se hace presente y explícito con su palabra, se comunica de modo directo con su lector y se deja ver. El modo de narrar es más in­directo, menos visual, exige la confianza en el narrador.

Y los elementos de la estructura textual que componen toda narración: la representación y la voz inmanente que habla se consideran “estrategias de las que se sirve el narrador”.

Este libro valioso en otros aspectos mantiene un análisis narratológico.