Argumento, núcleo y descripción

1 Las acciones de la historia y la descripción tienen un mismo lenguaje
mimético y mostrativo. Los caracteres de objetividad señalados por Benveniste para la historia se aplican igualmente al estrato descriptivo. La descripción es mundo representado al igual que la historia. En la descripción y en la representación de la historia, que llamo también argumento, nadie habla. Martínez Bonati considera que tienen ambos la misma naturaleza lógica y mantiene que existe una identidad esencial entre narración y descripción. (Bonati, 1972).

2 Las acciones del argumento y la descripción estática dan la
representación lingüística de lo concreto individual
. Lo descriptivo es
un mundo que se constituye ante nosotros por la percepción de seres concretos. Lo argumental es lo mismo, pero contiene la representación de un suceso. Argumento y descripción constituyen el texto o discurso miméticos. También se puede llamar, al conjunto de estratos que lo componen, representación. Sin hacer diferencia entre suceso y descripción. No la hay desde el punto de vista lógico, pero se distinguen por el criterio de articulación temporal, lingüístico, que para Bonati no es irrelevante.

3 La articulación temporal implica el uso de los tiempos verbales. Se apoya en español en los aspectos gramaticales  que han ocupado nuestra atención: el aspecto perfectivo  y el imperfectivo. Con la perfectividad del pretérito indefinido se construye la   articulación temporal y el estrato propio del núcleo. Con los imperfectos es distinto y hay que distinguir si contienen acciones o eventos, que puedan incorporarse al argumento del núcleo por tratarse de significaciones no estativas.  Analizaré este texto:

se sentó y, llamando a los doce, les dijo: Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y servidor de todos. Y acercó a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado. … Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los discípulos les reñían.  Al verlo Jesús se enfadó y les dijo:  Dejad que los niños vengan conmigo, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él. Y abrazándolos, los bendecía imponiéndoles las manos.

Marcos 9,42-50; 0,3-16

4 Los pretéritos perfectos simples dan el avance del relato con ocho puntos sucesivos. De estos ocho momentos temporales tres de ellos corresponden al verbo introductor dijo. Que tiene su peculiaridad, puesto que, en las frases, (1) se sentó y, llamando a los doce, les dijo, (2) lo abrazó y les dijo, y /3) se enfadó y les dijo, contienen la acción sentarse, abrazar y enfadarse y después viene otra acción, la de hablar, dijo. Pero después no viene otra acción, sino la misma: dijo y lo que dijo. Por lo tanto, se duplica la acción, pero solo en el texto, la historia no da un paso. Se repite el paso, porque el modo de representar el hecho cambia. El tiempo se prolonga con la intervención que reproduce lo dicho. pero la acción no adelanta, al menos por lo que se refiere a la articulación temporal.

5 Al hacer el análisis de la trama argumental, teniendo en cuenta que dijo y las palabras dichas son la misma acción prescindo de una de las dos. Bien de los verbos de lengua redundantes o del lenguaje directo. Cervantes en el Quijote nunca omite los verbos de lengua, aunque sean innecesarios, y la lengua coloquial contemporánea tampoco los suele omitir.

6 Separo ocho puntos temporales y omito los diálogos.

se sentó y, llamando a los doce, les dijo:
Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y servidor de todos.
Y acercó a un niño,
lo puso en medio de ellos,
lo abrazó y 
les dijo:
El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado.
Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los discípulos les reñían. 
Al verlo Jesús se enfadó y
les dijo: 
Dejad que los niños vengan conmigo, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él. Y abrazándolos, los bendecía imponiéndoles

se sentó y, llamando a los doce, les dijo:


 
Y acercó a un niño, 
lo puso en medio de ellos, 
lo abrazó y
les dijo:



Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los discípulos
les reñían.
Al verlo Jesús se enfadó y
les dijo:




Y abrazándolos,
los bendecía imponiéndoles las manos.

7 En este relato aparecen imperfectos que son acciones del suceso, (le presentaban, les reñían, les bendecía). Avanzan el relato, pero estas acciones vienen encadenadas con la holgura de su simultaneidad o reiteración, sin la delimitación del perfecto simple. Por tanto, no están en el núcleo, no son acciones concluidas. Pero podrían estar en él, como se apreciar al conmutarlos por pretéritos perfectos simples y el texto encaja bien el cambio. Esta prueba indica que en el uso de estos tiempos goza de la libertad del estilo. Obedece a una elección no obligada. Con la conmutación tendríamos un relato con diez momentos sucesivos. Pero el texto es como es.

8 Narrar es organizar los sucesos en el tiempo o el tiempo por medio de los sucesos, y esta operación tiene lugar en el núcleo, que consiste en puntos o instantes en sucesión. La serie supone que lo que viene después ha sucedido después, la alteración de esta sucesión hay que marcarla. Por ejemplo, si se dijera: se rompió el brazo y se fue al hospital. La secuencia indica que primero se rompe el brazo, después va al hospital. Pero si se dice: se fue al hospital y se rompió el brazo. El brazo se lo rompió después de ir al hospital. Para que signifiquen lo mismo habría de decir: se fue al hospital porque se había roto el brazo, señalando la anticipación con el pretérito pluscuamperfecto. También la causa puede señalar la anticipación: se fue al hospital, porque se rompió el brazo.

9 En el núcleo los verbos son enteramente argumentales o de acción y forman una serie, que es una estructura sintagmática. Se rompe la línea argumental, cuando se va hacia atrás. Se hace una retrospección, pero hacia atrás no se puede narrar. Se retorna otra vez al movimiento hacia delante. Por su parte, los imperfectos soportan significados estativos, cualidades o incluso eventos que no pueden incorporarse al núcleo y forman un estrato diferente, descriptivo. La distinción entre ambos estratos se produce por el significado.

10 El estrato descriptivo tiene las cualidades de la representación, es objetivo y nadie habla, es el mundo o sus escenarios mostrados. El aspecto de las personas y lugares que complementan la acción. Esta es lo propiamente narrativo e insoslayable. Cabe preguntarse qué capacidad de subsistir tiene o tendría este estrato aisladamente, sin ser complemento de acción o historia alguna. Se entiende fácilmente que en la narración lo primario es un suceso representado. Lo esencial en toda narración es el núcleo. Naturalmente es pensable la mostración sin suceso. Pero la descripción sola difícilmente surge de una conversación coloquial, en contraste con la facilidad natural de la representación argumental del pasado.

11 La descripción es atemporal, el imperfecto tiene un valor temporal secundario, porque su temporalidad es relativa. Todo esto sitúa el estrato descriptivo de imperfetos en lugar secundario con respecto al suceso o materia argumental, que se encuentra de modo concentrado en el estrato nuclear. Se cuenta un suceso del pasado, se confecciona su representación, pero no se describe nada dejando un cuadro sin suceso.

12 El texto de la representación argumental se escribe en pretéritos porque surge del relato del pasado, si lo descriptivo tuviera ese mismo origen iría en imperfectos. Pero en las obras de Azorín, por ejemplo, Castilla, Antonio Azorín y Los pueblos, encontramos la representación sin suceso en presentes de indicativo. Se emplea el presente porque no tiene valor narrativo. No son narraciones. Se trata de una mostración, como ejercicio literario, de la que hablaré en otra ocasión. El texto de la narración debe contener un núcleo y un suceso o no habrá narración.

13 Ya he dicho en otro lugar que los diálogos constituyen también parte de lo mostrativo, aunque el estatuto lógico según Bonati (1972) no sea el mismo que el del discurso narrativo-descriptivo. Con ellos se representa el mundo de las intervenciones habladas, como objetos para la observación y para escucharlas. Su estatuto lógico es otro, son frases que representan a otras frases y las llama Martínez Bonati frases inauténticas o pseudofrases. Pero por lo que se refiere a la articulación temporal ocupan un espacio y punto temporal en la trama y están insertados en ella.

José Antonio Valenzuela